lunes, 12 de enero de 2009

En Siemens, el soborno era una práctica de alcance planetario

Lo dijo un funcionario clave arrestado. Hizo pagos en Argentina, Italia, Israel y Vietnam

Reinhard Siekaczek estaba medio dormido en su casa de Munich, cuando sonó el timbre temprano una mañana de hace dos años. Todavía en pijamas, bajó corriendo las escaleras y abrió la puerta de entrada de un golpe. Frente a él, de pie, en la oscuridad fresca, había seis oficiales de la policía alemana y un fiscal. Tenían una orden para su arresto.Siekaczek, un corpulento, canoso, ex contador de Siemens -el gigante de la ingeniería alemana- supo que su vida secreta había terminado. "Los estaba esperando", les dijo. Para comprender cómo Siemens, una de las empresas más grandes del mundo, la semana pasada terminó pagando $1.600 millones de dólares en la multa más grande por soborno en la historia, vale la pena ahondar en el viaje inusual de Siekaczek. Fue una de las varias personas que arreglaron un torrente de pagos dirigidos a funcionarios bien posicionados en todo el mundo, desde Vietnam a Venezuela y Argentina, y desde Italia hasta Israel, según las entrevistas con Siekaczek y los registros del juzgado en Alemania y EE.UU. Lo sorprendente acerca de los relatos sobre estas negociaciones de Siekaczek y del fiscal, que fluyeron a través de una red de cuentas bancarias secretas y consultoras en las sombras, es cómo la corrupción consolidada se convirtió en una corporación expandida, que abrazó la panacea de un mercado global transparente construido sobre transacciones legítimas.

Siekaczek dice que desde 2002 a 2006 supervisaba un presupuesto anual de sobornos por entre US$ 40 millones a $50 millones para gerentes y personal de ventas que usaban los fondos para sobornos. Los pagos, dice, fueron vitales para mantener la competitividad de Siemens en el exterior, particularmente en su filial que vendía equipos de telecomunicaciones."Se trató de mantener la unidad comercial viva y no poner en riesgo miles de empleos de la noche a la mañana", dijo en una entrevista. Siemens es apenas el único gigante corporativo atrapado en la mira de los fiscales. Tres décadas después de que el Congreso aprobara una ley que prohíbe a las empresas estadounidenses pagar sobornos para asegurar negocios en el exterior, las autoridades ejecutoras de la ley en el mundo están aniquilando a empresas importantes como Daimler y Johnson & Johnson, con veintenas de casos que están ahora en investigación. Las dos empresas se negaron a hacer comentarios, citando las continuas investigaciones. Albert J. Stanley, una figura legendaria en la industria del petróleo y ex CEO de la filial KBR de Halliburton, recientemente se declaró culpable por cargos de pago de sobornos y por quedarse con millones para sí.

Los fiscales alemanes inicialmente abrieron el caso de Siemens en 2005. Las autoridades estadounidenses se involucraron en 2006 porque las acciones de la compañía se negocian en el Mercado de Valores de Nueva York. En su acuerdo con la justicia de EE.UU., Siemens se declaró culpable por violar las disposiciones contables de la Ley de Prácticas de Corrupción en el Exterior que pena el soborno en el extranjero. No hacerlo habría impedido a Siemens licitar en el futuro en contratos del gobierno local.La unidad de Siekaczek pagó US$12,7 millones a altos funcionarios en Nigeria por contratos con el gobierno. En Argentina, destinó por lo menos US$ 40 millones en sobornos para ganar un contrato de 1.260 millones para producir documentos nacionales de identidad. En Israel, la empresa suministró $20 millones a altos funcionarios del gobierno para construir usinas eléctricas. En Venezuela, fueron $16 millones para líneas de ferrocarril urbanas. En China, $14 millones para equipamientos médicos. Y en Irak, $1,7 millones a Saddam Hussein y sus cómplices. Los sobornos dejaron atrás a competidores enojados que fueron excluidos de los contratos. "Este es el final de un capítulo difícil en la historia de la empresa. Estamos complacidos de haberlo dejado atrás," dijo el asesor jurídico de Siemens, Peter Solmssen.En total, Siemens pagará más de US$ 2,600 millones para limpiar su nombre. Siekaczek, quien cooperó con las autoridades alemanas después de su arresto en 2006, fue sentenciado en Alemania a una probation de dos años y una multa de US$150.000.

clarin.com

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